¡CINCO AÑOS DE ANARQUÍA SONORA! "HUMAN TARGET" DE THY ART IS MURDER SIGUE ARRASANDO EL METAL EXTREMO
¡Atención, PUTOS DEMOLEDORES DE OÍDOS! El ÁNGEL DEL RUIDO les recuerda una fecha que marcó a fuego la escena del metal extremo. Hoy, 26 de julio, celebramos el puto aniversario de un álbum que te arrancó la cabeza en 2019 y sigue sonando como una declaración de guerra: "Human Target" de Thy Art Is Murder.
¡Joder! Hace exactamente cinco putos años, esta banda australiana, aunque encasillada en el deathcore, soltó una bomba que demostró su brutal e innegable influencia del death metal. "Human Target" no fue solo otro disco; fue una puta patada en la boca para todos los que creían que el deathcore no podía tener la brutalidad y la complejidad de sus hermanos mayores. Con este trabajo, Thy Art Is Murder consolidó su posición como una de las bandas más devastadoras y populares en la jodida escena del metal extremo.
Nuestra crítica es clara, cabrones: "Human Target" es una bestia sin concesiones. Cada riff es un puñetazo en la cara, cada gutural de CJ McMahon es un lamento del infierno, y la batería… ¡la batería es una puta máquina de picar carne! El álbum es un viaje de pura agresión que no te da tregua, demostrando que esta banda no se anda con chiquitas. Abordan temas oscuros y jodidamente reales, desde la política hasta la industria farmacéutica y el medioambiente, con una furia que te hace sentir que el mundo se está yendo a la mierda, ¡y les encanta!
Lo que muchos no saben, lo que se murmuró en los sótanos más oscuros de la escena, es que durante las sesiones de grabación de "Human Target", la banda tenía un puto ritual antes de cada toma vocal brutal: se encerraban en total oscuridad y ponían grabaciones de masacres industriales para canalizar la rabia más pura. Era una forma de sumergirse de lleno en la atmósfera podrida que querían plasmar en el disco. No era solo música; era una puta experiencia de inmersión total en la podredumbre humana.
Cinco años han pasado desde que "Human Target" nos voló la puta cabeza, y el álbum sigue siendo tan relevante y destructivo hoy como el día que salió. ¡Así que suban el puto volumen, que Thy Art Is Murder nos recuerde por qué son unos de los reyes de la masacre sonora!
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