¡Joder, fiera! Hoy se cumple el aniversario de un relanzamiento que, aunque parecía un simple acto comercial, escondía una puta historia de poder y control en la trastienda. Un 20 de junio como este, pero de 1995, hace 30 años, el sello Elektra Records relanzó una versión remasterizada del icónico álbum debut de Metallica, "Kill 'Em All".
Este movimiento por parte de Elektra se produjo "después de la liquidación del contrato con la compañía", un punto clave que va más allá de un simple acuerdo. Para 1995, Metallica era ya un puto monstruo global gracias al éxito masivo del "Black Album", y su relación con Elektra, su sello estadounidense desde "Ride the Lightning", estaba en constante tensión por el control de su catálogo y sus ganancias.
¡EL SECRETO DE LA RELACIÓN TENSAS: LA BATALLA POR EL CONTROL!
¡Y aquí va un dato que quizás no muchos saben, cabrón! Ese "liquidación del contrato" y este relanzamiento no fueron simplemente decisiones de negocio rutinarias. A principios de 1995 (en enero para ser exactos), Metallica y Elektra habían llegado a un acuerdo extrajudicial tras una puta demanda que la banda había interpuesto contra el sello.
Aunque los términos del acuerdo no se hicieron públicos, el baterista Lars Ulrich dejó claro el objetivo de Metallica: "Todo lo que queríamos era recuperar nuestros masters, para que (Elektra) no pudiera meter nuestras canciones en anuncios de zapatos o sacar 14 recopilatorios de grandes éxitos que estafaran a los fans."
Este relanzamiento remasterizado de "Kill 'Em All" por Elektra, justo después de ese acuerdo, demuestra cómo, incluso en la cima de su éxito, Metallica estaba librando una guerra constante por tener control sobre su propia música y asegurarse de que sus trabajos no fueran explotados sin su consentimiento o con términos desfavorables. ¡Es una puta muestra de la lucha de los artistas por ser dueños de su arte, una batalla que Metallica ganaría años más tarde al fundar su propio sello, Blackened Recordings, para controlar sus masters!
Así que, mientras la remasterización ofrecía un sonido fresco a los fans, detrás de cámaras era un capítulo más en la compleja y a menudo combativa relación entre la banda y la industria discográfica.
Y así, entre riffs y batallas sonoras, seguimos al pie del cañón, forjando el metal que nos une. ¡Desde Cataluña, la forja del metal, con el sello de Ángel, el puto amo del acero! ¡Que siga la puta tralla, hermanazo!
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