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El metal no es solo música, es un puto estilo de vida. Desde los riffs de Black Sabbath hasta los blast beats de Mayhem, esta es la historia de un género que nunca se rinde.

 Las raíces del metal: El Big Bang del Heavy Metal (década de 1960 - 1970)

El metal no nació de un día para otro, colega, sino que se fue forjando en las tripas del rock duro, cuando unos cuantos visionarios decidieron que el blues y el rock ‘n’ roll necesitaban más cojones, más distorsión y un buen chute de actitud. Todo empieza en la Inglaterra industrial de finales de los 60, donde el aire olía a carbón y las fábricas escupían humo. Bandas como Led Zeppelin, Deep Purple y Black Sabbath fueron los putos pioneros que le dieron forma a esto.

  • Black Sabbath, los padres del asunto: En 1970, estos tíos de Birmingham, liderados por el oscuro príncipe Ozzy Osbourne y el riffmaster Tony Iommi, soltaron su disco homónimo. Ese riff de “Black Sabbath” con esa tríada del diablo (el tritono, el diabolus in musica) fue como un martillazo en la cara del establishment musical. Letras sobre ocultismo, paranoia y la miseria humana, todo envuelto en un sonido pesado, lento y jodidamente hipnótico. Ahí nació el heavy metal, aunque ellos no lo sabían aún.
  • Led Zeppelin y Deep Purple, los tíos cachondos del proto-metal: Zeppelin trajo riffs gordos como los de “Whole Lotta Love” y una energía que mezclaba blues con una actitud de rockstars cabrones. Deep Purple, con su “In Rock” (1970), metió velocidad y virtuosismo con temazos como “Speed King”. El solo de órgano de Jon Lord y la voz de Ian Gillan eran puro fuego.
El heavy metal clásico se consolidó con Judas Priest y su rollo leather-and-studs, que le dieron al género un look macarra y un sonido afilado como una navaja. Discos como Sad Wings of Destiny (1976) trajeron himnos épicos y letras que hablaban de mitología, ciencia ficción y rebeldía. Y luego llegó Iron Maiden con su The Number of the Beast (1982), que llevó el metal a otro nivel con su galope rítmico, letras épicas y la mascota más icónica del género: Eddie, el zombie cabrón.

La explosión de la NWOBHM (New Wave of British Heavy Metal, finales de los 70 - principios de los 80)
Si el heavy metal clásico fue el Big Bang, la NWOBHM fue la supernova que lo expandió todo. En Inglaterra, mientras el punk escupía en la cara de todos, un montón de chavales con greñas y chupas de cuero decidieron que el metal necesitaba más velocidad, más actitud y más himnos para corear con una birra en la mano. Bandas como Iron Maiden, Def Leppard, Saxon y Motörhead (aunque estos últimos eran más un híbrido de punk y metal) le dieron un soplo de aire fresco al género.

  • Iron Maiden: Con Bruce Dickinson al frente, estos tíos convirtieron el metal en una ópera épica. Temas como “Run to the Hills” o “Hallowed Be Thy Name” son pura poesía para los metaleros, con riffs galopantes y letras que te hacían sentir como un guerrero vikingo.
  • Motörhead: Lemmy Kilmister, el dios del rock ‘n’ roll, no solo creó himnos como “Ace of Spades”, sino que le dio al metal una actitud punkarra y un sonido sucio que inspiraría a generaciones. Lemmy no cantaba, gruñía, y eso molaba mil.
La NWOBHM abrió las puertas a un metal más técnico, más rápido y más diverso, preparando el terreno para lo que vendría después: la locura de los subgéneros.

Thrash Metal: La velocidad y la rabia (principios de los 80)
Si el heavy metal era un puñetazo, el thrash era una ristra de hostias a 200 bpm. En la Costa Oeste de EE.UU., un puñado de chavales cabreados con el sistema, el glam metal y la mierda comercial de los 80 cogieron sus guitarras y dijeron: “Vamos a romperlo todo”. Así nació el thrash metal, un género que mezclaba la agresividad del punk, los riffs afilados del heavy y una actitud de “me cago en todo”.

  • Los cuatro grandes: Metallica, Megadeth, Slayer y Anthrax son los putos reyes del thrash. Metallica debutó con Kill ‘Em All (1983), un disco que era como una motosierra sónica. “Seek and Destroy” sigue siendo un himno para reventar cuellos. Megadeth, con Dave Mustaine al frente, trajo un thrash más técnico y cabreado con discos como Rust in Peace (1990). Slayer, los más oscuros, se fueron al extremo con Reign in Blood (1986), un disco de 28 minutos que es puro caos y sangre. Anthrax, por su parte, le metió un toque de humor y groove con temazos como “Madhouse”.
  • Thrash global: El thrash no se quedó en EE.UU. En Alemania, bandas como Kreator, Sodom y Destruction le dieron un giro más crudo y oscuro, mientras que en Brasil, Sepultura añadió un rollo tribal y político con discos como Beneath the Remains (1989).
El thrash fue el caldo de cultivo para lo que vendría después: subgéneros aún más extremos que harían que el metal se convirtiera en una bestia imparable.

Power Metal: Épica, dragones y espadas (mediados de los 80)
Mientras el thrash iba de dar hostias, el power metal decidió que el metal también podía ser una aventura épica digna de Tolkien. Inspirado por Iron Maiden y la NWOBHM, el power metal trajo melodías épicas, voces operísticas y letras sobre dragones, caballeros y batallas cósmicas.

  • Helloween, los reyes del power: Los alemanes de Helloween inventaron prácticamente el género con Keeper of the Seven Keys (1987-1988). Temas como “Eagle Fly Free” son pura gasolina para soñar con volar sobre un dragón mientras blandes una espada mágica.
  • El power se expande: Bandas como Blind Guardian, con su rollo inspirado en El Señor de los Anillos, y DragonForce, con sus solos a velocidad absurda, llevaron el power metal a un nivel de exageración gloriosa. ¿Quién no ha querido gritar “THROUGH THE FIRE AND FLAMES” mientras agita una melena imaginaria?
El power metal es el subgénero para los que quieren sentir que están en una película de fantasía épica, con coros que te hacen levantar el puño y gritar como si fueras un maldito héroe.

Doom Metal: La lentitud que aplasta (mediados de los 80)
Si el thrash era velocidad y el power era épica, el doom metal es como un tanque que avanza lento pero te aplasta sin piedad. Inspirado por los riffs pesados y oscuros de Black Sabbath, el doom es el subgénero del metal que abraza la melancolía, la desesperación y lo jodidamente pesado.

  • Candlemass y el doom épico: Los suecos de Candlemass, con Epicus Doomicus Metallicus (1986), crearon himnos como “Solitude” que mezclaban riffs lentos y gordos con una atmósfera casi religiosa. La voz de Messiah Marcolin era como un monje cantando en una catedral gótica.
  • El doom se diversifica: Bandas como Saint Vitus y Trouble le dieron un rollo más crudo y psicodélico, mientras que Cathedral añadió un toque de groove y humor negro. Más tarde, el doom se fusionaría con otros estilos, dando lugar a subgéneros como el stoner (Kyuss) o el sludge (Eyehategod).
El doom es para los que quieren sentir el peso del mundo en cada riff, como si el apocalipsis sonara en cámara lenta.

Death Metal: La bestia desatada (finales de los 80)
Llegamos al terreno de los verdaderos salvajes. El death metal tomó la velocidad y agresividad del thrash y le añadió un nivel de brutalidad que hizo que los metaleros de la vieja escuela se mearan encima. Aquí no hay melodías bonitas ni letras sobre dragones: el death metal es sangre, vísceras, muerte y caos.

  • Los pioneros: Todo empieza con Death, la banda de Chuck Schuldiner, el puto dios del death metal. Su disco Scream Bloody Gore (1987) fue un puñetazo en la cara con sus growls guturales, riffs afilados y letras gore. Pero Chuck no se quedó ahí: discos como Human (1991) llevaron el género a un nivel técnico brutal.
  • La escena crece: En Florida, bandas como Morbid Angel (Altars of Madness, 1989), Obituary y Cannibal Corpse elevaron la apuesta con un sonido aún más bestia y letras que parecían sacadas de una película de terror. En Suecia, Entombed y Dismember crearon el “death metal sueco” con un sonido más crudo y melódico, gracias a ese pedal Boss HM-2 que suena como una motosierra.
El death metal es el subgénero para los que quieren sentir que están en un matadero mientras los riffs les arrancan la piel. Técnico, brutal y sin piedad.

Black Metal: La oscuridad absoluta (principios de los 90)
Si el death metal era brutal, el black metal es puro nihilismo, oscuridad y misticismo. Nacido en Noruega a principios de los 90, este subgénero llevó el metal a un terreno más atmosférico, crudo y, a veces, jodidamente perturbador.

  • La primera ola: Todo empezó con Venom y su Black Metal (1982), que le dio el nombre al género. Pero fue en Noruega donde el black metal se convirtió en una religión oscura. Bandas como Mayhem, Burzum, Darkthrone y Emperor crearon un sonido crudo, con guitarras afiladas como cuchillos, baterías frenéticas y voces que parecían demonios escupiendo blasfemias.
  • La movida noruega: El black metal noruego no solo fue música, sino un movimiento cultural con quema de iglesias, asesinatos y una estética de corpse paint y cuero negro. De Mysteriis Dom Sathanas de Mayhem (1994) es un disco que suena como un ritual en el infierno. Burzum, con Varg Vikernes, añadió un rollo más ambiental y melancólico, mientras que Emperor llevó el género a un nivel sinfónico con discos como In the Nightside Eclipse (1994).
El black metal es para los que quieren sumergirse en la oscuridad más absoluta, donde los riffs son fríos como un invierno noruego y las letras te hacen cuestionar la existencia misma.

Otros subgéneros que la rompen
El metal es un género que no para de mutar, como un virus cabrón que se adapta a todo. Aquí van otros subgéneros que han dejado huella:

  • Glam Metal: Los 80 también trajeron el rollo fiestero con bandas como Mötley Crüe y Poison. Riffs pegadizos, melenas cardadas y letras sobre sexo, drogas y rock ‘n’ roll. No es el metal más profundo, pero joder, qué bien se pasa con “Girls, Girls, Girls”.
  • Nu Metal: A finales de los 90, bandas como Korn, Limp Bizkit y Slipknot mezclaron metal con hip-hop, industrial y una rabia adolescente. Iowa (2001) de Slipknot es como un puñetazo en el estómago.
  • Metalcore: Una fusión de hardcore punk y metal, con bandas como Killswitch Engage y As I Lay Dying trayendo breakdowns brutales y melodías pegajosas.
  • Progressive Metal: Dream Theater y Opeth llevaron el metal a terrenos técnicos y experimentales, con canciones que parecen sinfonías y cambios de ritmo que te vuelan la cabeza.

El metal hoy: Un legado que no muere
Hoy en día, el metal es una bestia global que sigue creciendo. Bandas como Gojira, Mastodon o Ghost han llevado el género a nuevos públicos, mientras que el underground sigue pariendo bandas brutales en cada rincón del planeta. Festivales como Wacken, Hellfest o Download son los templos donde los metaleros se reúnen a rendir culto a los riffs.
El metal no es solo música, colega, es una forma de vida. Es la rabia contra el sistema, la épica de las leyendas, la oscuridad del alma humana y la libertad de ser quien quieras ser. Desde los riffs sabbathicos hasta los blast beats del black metal, este género ha demostrado que puede ser todo: pesado, rápido, melódico, oscuro, épico, brutal. Así que sube el volumen, ponte la chupa de cuero y sigue dándole caña a tu blog STHD Metal. ¡El metal nunca muere, joder!

Portadas icónicas para petarlo
Las portadas de discos son el alma visual del metal, cada una un puto manifiesto. Aquí van algunas de las más icónicas para que las metas en tu post y hagas que los ojos de tus lectores sangren de emoción:

  1. Black Sabbath – Paranoid (1970): Esa silueta borrosa de un tío con espada en plan guerrero psicodélico es puro misticismo sabbathico. La portada no pega ni con cola con temazos como “War Pigs” o “Iron Man”, pero joder, es un clásico que grita “aquí empezó todo”.
  2. Slayer – Reign in Blood (1986): La ilustración de Larry Carroll, con ese infierno lleno de demonios y sangre, es como un puñetazo en la cara. Perfecta para representar la brutalidad del thrash. Métele un primer plano de esta portada en el apartado de thrash metal.
  3. Iron Maiden – The Number of the Beast (1982): Eddie, el zombie cabrón de Derek Riggs, enfrentándose al diablo en un fondo rojo infernal. Esta portada es el Santo Grial del heavy metal. Ponla grande en el apartado de NWOBHM.
  4. Metallica – Master of Puppets (1986): Las cruces en el cementerio con hilos de marioneta manipulados por una mano invisible. Es arte thrash puro, con un mensaje político que pega duro. Ideal para el apartado de thrash.
  5. Mayhem – De Mysteriis Dom Sathanas (1994): La catedral de Nidaros en negro y azul, con ese rollo oscuro y maligno. Esta portada es la esencia del black metal noruego. Úsala para el apartado de black metal y que los lectores sientan el frío del invierno noruego.
  6. Death – Human (1991): Ese diseño técnico y macabro con el cráneo y las vértebras es perfecto para el death metal. Representa la evolución brutal y cerebral de Chuck Schuldiner.
  • Heavy Metal Clásico – “Riffs de Acero Fundido”
    • Black Sabbath – “Paranoid”
    • Judas Priest – “Breaking the Law”
    • Iron Maiden – “Hallowed Be Thy Name”
    • Motörhead – “Ace of Spades”
    • Deep Purple – “Highway Star”
    • Vibe: Himnos para levantar el puño y corear en un bar lleno de cuero y tachas.
  • Thrash Metal – “Hostias a 200 BPM”
    • Metallica – “Battery”
    • Slayer – “Angel of Death”
    • Megadeth – “Peace Sells”
    • Anthrax – “Caught in a Mosh”
    • Sepultura – “Roots Bloody Roots”
    • Vibe: Caos puro, para romper paredes a cabezazos.
  • Power Metal – “Épica y Dragones”
    • Helloween – “Eagle Fly Free”
    • Blind Guardian – “The Bard’s Song – In the Forest”
    • DragonForce – “Through the Fire and Flames”
    • Sabaton – “Ghost Division”
    • Rhapsody of Fire – “Emerald Sword”
    • Vibe: Melodías para cabalgar hacia la batalla con una espada en la mano.
  • Doom Metal – “Aplastando Almas”
    • Candlemass – “Solitude”
    • Saint Vitus – “Born Too Late”
    • Cathedral – “Hopkins (The Witchfinder General)”
    • Electric Wizard – “Dopethrone”
    • Sleep – “Dopesmoker” (para los valientes)
    • Vibe: Riffs lentos y pesados que te hacen sentir el fin del mundo.
  • Death Metal – “Sangre y Vísceras”
    • Death – “Pull the Plug”
    • Morbid Angel – “Immortal Rites”
    • Cannibal Corpse – “Hammer Smashed Face”
    • Entombed – “Left Hand Path”
    • Obituary – “Slowly We Rot”
    • Vibe: Brutalidad pura, como un matadero sónico.
  • Black Metal – “Frío y Oscuridad”
    • Mayhem – “Freezing Moon”
    • Burzum – “Dunkelheit”
    • Emperor – “I Am the Black Wizards”
    • Darkthrone – “Transilvanian Hunger”
    • Immortal – “At the Heart of Winter”
    • Vibe: Atmósferas gélidas y blasfemas para invocar demonios.

  • El metal en 2025: Bandas que están rompiendo cuellos

  • Gojira: Los franceses siguen siendo los putos amos del metal moderno. En 2025, están de gira mundial tras el éxito de Fortitude (2021). Según posts en X, están preparando material nuevo para 2026, con rumores de un disco aún más experimental y ecológico. Su mezcla de death, groove y progresivo sigue volando cabezas. Dato para el blog: Menciona su show en el Hellfest 2025, que está siendo hypeado como épico.
  • Sleep Token: Esta banda misteriosa está rompiendo moldes con su mezcla de metal progresivo, post-rock y toques de R&B. Su disco Take Me Back to Eden (2023) sigue dando que hablar, y en X se comenta que podrían sacar un EP este año. Su rollo enigmático y sus máscaras los hacen perfectos para un apartado de “bandas modernas que la están liando”.
  • Knocked Loose: Los reyes del hardcore/metalcore están en boca de todos en 2025. Su EP A Tear in the Fabric of Life y su disco You Won’t Go Before You’re Supposed To (2024) son pura rabia. En X, los fans están flipando con sus shows en festivales como Download, donde sus breakdowns hacen que el público se vuelva loco. Tip: Mete un vídeo de YouTube de su directo para que los lectores vean el caos.
  • Zeal & Ardor: Este proyecto que mezcla black metal con gospel y blues está ganando terreno. En 2025, están de gira y hay rumores en X de un nuevo disco que podría salir a finales de año. Su sonido único es perfecto para hablar de la evolución del metal.
  • Orbit Culture: Los suecos están llevando el death metal melódico a otro nivel. Su disco The Shadowing (2024) ha sido un pelotazo, y en X se habla de ellos como los nuevos In Flames. Ideales para un apartado de “bandas emergentes que debes escuchar ya”.
  •  
    “La movida metalera en X y la web”


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