¡Joder, fiera! Hoy se cumple el aniversario de un disco que marcó un punto de inflexión, y no precisamente fácil, en la carrera de los legendarios Saxon. Un 20 de junio como este, pero de 1988, hace 37 años, la banda publicó su noveno álbum de estudio, "Destiny".
"Destiny" llegó con un sonido que, si bien mantenía elementos de sus trabajos anteriores, integró algunos toques de glam metal. ¡Y esta movida fue recibida con una puta lluvia de críticas por parte de la prensa especializada! Para muchos, Saxon estaba virando demasiado de su sonido heavy metal más puro.
Además de su sonido controvertido, "Destiny" es un álbum único en la historia de Saxon por varias razones. Fue el único disco grabado con el baterista Nigel Durham, quien entró tras la salida de Nigel Glockler en 1987 para unirse al supergrupo GTR. Y por si fuera poco, también fue el último trabajo con el bajista Paul Johnson, ya que este se retiró después de finalizar la gira promocional, siendo reemplazado por el icónico Nibbs Carter.
A pesar de los cambios y la controversia, el álbum intentó abrirse paso. Alcanzó la posición 49 en los UK Albums Chart, una cifra modesta para la banda. La promoción corrió a cargo de los sencillos:
- "Ride Like the Wind" (¡una versión del clásico de Christopher Cross!), que llegó al puesto 52 en la lista británica de singles.
- "I Can't Wait Anymore", que obtuvo el puesto 61 en la misma lista.
"Destiny" es un capítulo particular en la discografía de Saxon, un disco que quizás no sea el favorito de todos, pero que representa un momento de experimentación y cambio en la carrera de estos titanes del heavy metal.
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