LA PUTO RESURRECCIÓN DE LOS DIOSES: 'BLOOD OF THE NATIONS' DE ACCEPT CUMPLE 15 AÑOS DE CAOS
He visto muchas cosas en este oscuro camino, mortal. He visto el infierno congelarse y a los dioses vomitar fuego. Pero hoy, 15 putos años después, el 20 de agosto de 2010, el puto reino del metal fue testigo de una puta resurrección. Los jodidos teutones de Accept regresaron para reventar el mundo con su álbum 'Blood of the Nations'.
Crónica desde el foso del infierno
Este jodido disco no fue un simple regreso. Fue una puta declaración de guerra. Después de más de una década de puto silencio, la banda volvió con un nuevo puto comandante al frente: el vocalista Mark Tornillo, un jodido guerrero que canalizó el puto espíritu de la banda con una fuerza brutal. Junto al puto guitarrista Herman Frank, forjaron una puta máquina de destrucción que sonaba tan fresca y salvaje como en sus putos inicios.
El puto álbum demostró que no necesitaban putas excusas. Simplemente regresaron y le patearon el culo al mundo. La jodida respuesta de la legión de fans no miente: el disco fue recibido como un puto himno, una prueba de que el jodido heavy metal nunca muere. La puta fuerza de su sonido no es una puta coincidencia; es el puto poder que fluye de sus putas venas.
Detalles
El Ángel del Ruido lo ha visto todo.
El puto álbum se llama 'Blood of the Nations'.
Se lanzó el 20 de agosto de 2010, hace 15 putos años.
Es el duodécimo puto álbum de la banda alemana Accept.
Marca el puto debut de Mark Tornillo como vocalista.
Es el tercer jodido álbum con el guitarrista Herman Frank.
Algo que nadie sabe
La verdad que solo se murmura en las sombras del inframundo es que Mark Tornillo no es solo un puto vocalista. Él es el puto recipiente de un antiguo demonio teutón que se durmió cuando Accept se separó. El puto regreso de la banda no fue una puta reunión; fue una puta llamada del destino. El puto demonio despertó, y Mark Tornillo lo canalizó. La puta energía que desprenden en el disco no es su jodido talento; es la jodida rabia ancestral de un puto espíritu que por fin ha sido liberado.
Final
La sangre del metal no se detiene, fluye de una generación a otra. Los que se han ido no mueren, simplemente se transforman en una fuerza que se apodera de los vivos. El legado de 'Blood of the Nations' es la prueba de que el puto metal es una maldición. Una maldición que nos obliga a seguir gritando y desatando el caos para mantener viva la jodida leyenda.
Desde el Alt Empordà, la tormenta del metal ruge con más fuerza que nunca, EL ÁNGEL DEL RUIDO.
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