¡Joder, fiera! Prepara las putas orejas, porque hace ni más ni menos que 31 putos años, los mismísimos Kiss soltaban un álbum compilatorio que fue una puta declaración de intenciones: Kiss My Ass: Classic Kiss Regrooved! ¡Y vaya si fue un disco peculiar y brutal!
Este no era un recopilatorio cualquiera, colega. Kiss My Ass presentaba a una puta lista de artistas populares de la época, cada uno poniendo su toque personal, su propia y descarada versión a los clásicos inmortales de Kiss. Imagínate la movida: otros músicos rindiendo tributo, pero a su manera, a los himnos que Gene Simmons y Paul Stanley habían forjado con sangre, sudor y maquillaje.
Fue un puto experimento que demostró la influencia masiva de Kiss a través de diferentes géneros y generaciones. ¡Una forma brutal de celebrar su legado, dejando que otros se atrevieran a "besarles el culo" musicalmente!
Y así, entre riffs y batallas sonoras, seguimos al pie del cañón, forjando el metal que nos une. Desde Cataluña, la forja del metal, ¡con el sello de Ángel, el puto amo del acero! ¡Que siga la puta tralla que nos alimenta, que lo estamos petando y seguimos así!
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