LA VERDAD TRAS LA CRUZ: CÓMO OZZY Y BLACK SABBATH SE PROTEGIERON DE LA MALDICIÓN DE UNOS PUTOS SATANISTAS
¡Órale, almas del rock! La historia que os voy a contar no es un puto rumor, es la jodida verdad que late detrás del símbolo más icónico del heavy metal. ¿Por qué los putos dioses de Black Sabbath y Ozzy Osbourne siempre llevaban cruces, si se supone que jugaban con el diablo? La respuesta no está en la religión, sino en el puto miedo y la protección.
La Maldición que Forjó la Leyenda
Señores, en los inicios, el nombre de Black Sabbath y el rollo oscuro del doom metal que inventaron les atrajo la atención de un montón de putos locos. Un día, una banda de putos satanistas les invitó a tocar en una de sus ceremonias, ya fuera en un círculo de piedras o en una misa negra. Los cabrones de la banda, que siempre fueron más de demonios metafóricos que de rituales satánicos reales, se negaron. Les dijeron, literalmente, que se fueran a la puta mierda. Y como venganza, la puta secta les lanzó una maldición.
Ahí es donde entra el puto Ozzy. La verdad es que el "Príncipe de las Tinieblas" se acojonó. Y no fue el único. Los putos miembros de la banda, con el bajista Geezer Butler a la cabeza, se tomaron la amenaza en serio. Aterrorizados por la puta maldición, se acercaron al padre de Ozzy para pedirle consejo. Y el padre de Ozzy, un jodido currante de una fábrica de piezas de coche, tuvo una idea.
Las Cruces, Hechas con Amor y Acero
La verdad que nadie te cuenta es que las cruces que llevaron al cuello, las que se convirtieron en un puto símbolo de rebelión, no eran joyas ni un accesorio de moda. Eran putas armaduras. El padre de Ozzy, con sus propias putas manos, las fabricó para cada uno de ellos en su jodido taller. Las hizo con metal sobrante de la fábrica, para que llevaran consigo algo de protección en sus putas giras.
Lo que empezó como un intento de protegerse de una maldición satánica, se convirtió en un puto himno de la banda. Así que la próxima vez que veas a Ozzy con su cruz, recuerda que no es un accesorio. Es el puto escudo que le dio su padre para defenderse del mal.
Desde el Alt Empordà, ¡el Ángel del Ruido les saluda!
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