LA SANGRE NO ES SUFICIENTE: LA MALDICIÓN DE ALICE COOPER EN TORONTO
He visto muchas cosas en este oscuro camino, mortal. He visto el infierno congelarse y a los dioses vomitar fuego. Y hoy, la maldita cuenta atrás llega a su puto final. Hoy, 19 de agosto del 1980, en Toronto, el puto ritual se detiene. El jodido show se cancela. Alice Cooper no puede derramar sangre. Y entonces, el puto caos se desata en las calles.
Crónica desde el foso del infierno
La multitud ha venido a ver al puto Alice Cooper convertir el escenario en un jodido cementerio. Pero la jodida enfermedad se ha metido en el puto camino. Y la ira de los mortales es más brutal que cualquier cuchillo de utilería. La jodida noticia de la cancelación es la chispa que enciende el puto infierno.
El concierto se convierte en un jodido altercado, una masacre sin música. La furia de la legión se desata, una furia que el mismísimo Alice Cooper ha invocado con su arte. El puto caos no es una actuación, es un jodido grito de guerra, una venganza por el show que nunca ocurre.
Detalles
El Ángel del Ruido lo ha visto todo.
El jodido altercado ocurre , 19 de agosto de 1980.
La puta ciudad que arde es Toronto.
El puto show es cancelado por enfermedad de Alice Cooper.
Algo que nadie sabe
La verdad que solo se murmura en las sombras del inframundo es que la jodida enfermedad de Alice Cooper no es mortal. Es un puto maleficio. Se dice que el puto Rey de la Escena hizo un pacto con un demonio para que sus shows fueran los más brutales y sangrientos de la puto historia. Pero el jodido demonio, celoso de su talento, lo maldijo. La cancelación no es un puto fallo de salud, es la puto batalla de Alice Cooper contra la jodida oscuridad. La rabia de los fans no es ira, es la puta energía de la maldición que el puto demonio ha desatado en ellos.
Final
La sangre del metal no se detiene, fluye de una generación a otra. Los que se han ido no mueren, simplemente se transforman en una fuerza que se apodera de los vivos. El legado de Alice Cooper es la prueba de que el puto metal es una maldición. Una maldición que nos obliga a seguir gritando y desatando el caos para mantener viva la jodida leyenda.
Desde el Alt Empordà, la tormenta del metal ruge con más fuerza que nunca, EL ÁNGEL DEL RUIDO.
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